domingo, 7 de junio de 2009

Ofiuco en los nuevos tiempos


Queridos lectores, ante tanto tiempo de ausencia retomo el blog publicando un artículo que me ha venido motivando mucho desde hace un par de meses cuando vi un programa dominical en el canal “History” en cual narraban de manera fascinante y sumamente didáctica para los neófitos en Astronomía, cómo la observación estelar ha evolucionado para colocarnos hoy en día en un plano completamente diferente de entendimiento de los cielos y por supuesto, a efecto de lo que me interesa indagar: de una nueva interpretación astrológica.

Deseo compartir con ustedes esta reflexión para organizar un poco lo parámetros que se suelen utilizar cuando hablamos de "realidades". La Astrología, al igual que muchas otras disciplinas está en constante renovación. Plantear nuevos puntos de vista siempre resulta un gran desafío, pero recordemos que la evolución en sí es un desafío, y por ende, no debemos quedarnos estáticos ante los velos que se descorren con rapidez en estos tiempos.

Solo con abrir los ojos y observar la vastedad del Universo comprenderemos que nuestra "realidad" se transforma de acuerdo a nuestra apertura. Como seres humanos hemos logrado ver más allá a medida que nuestra mente ha alcanzado nuevas fronteras de entendimiento. Sin embargo, no solo la mente ha logrado conquistar nuevos territorios, también la expansión de nuestra conciencia lo ha hecho. Por esta razón, hoy por hoy podemos palpar lo que hace siglos atrás estaba completamente oculto para nuestros sentidos.

Así que, abrochémonos el cinturón y disfrutemos de un paseo por el Universo en estos tiempos...

"Las constelaciones organizan el cielo y lo hacen casi entendible. Mientras fijamos la mirada en las estrellas titilando es fácil olvidar que son una en un billón de soles incandescentes fusionando elementos y hasta, posiblemente, creando mundos nuevos. Nuestra distancia no nos da idea del poder de las estrellas, tampoco nos hace entender el espacio interminable al que miramos en profundidad. Los planos llanos de las constelaciones son una ilusión. Mientras uno se aleja del Sol a varios años luz, las estrellas cercanas empiezan a distanciarse relativamente con respecto a las del fondo. Visto así, las constelaciones se deforman en la medida que nos alejamos del punto de referencia conocido. Si salimos a diez, veinte o treinta años luz probablemente no reconoceríamos algunas de las constelaciones que identificamos comunmente. Por ejemplo, si viviéramos en un planeta que girara alrededor de la estrella Vega, que queda a 25 años luz de aquí, tendríamos otra cantidad de constelaciones en el cielo.
Milenios de observaciones han hecho los movimientos de las constelaciones predecibles. Nuestra rotación alrededor del Sol nos lleva a través de su ciclo anual. Las estrellas en las constelaciones están en constante movimiento, no solo a medida que la galaxia gira, sino también con cada tirón y empuje gravitacional entre estrellas vecinas. El movimiento más rápido de las estrellas es de 241 Km/seg. No hay objeto creado por el hombre que vaya tan rápido, el movimiento aleatorio de estas estrellas con respecto a otras es como de 16 a 32 Km/seg. Y es comparable a la velocidad de nuestra nave espacial más rápida, eso por supuesto es mucho más rápido que una bala de alta velocidad.

Las estrellas están siempre en movimiento y su distancia de nosotros enmascara sus enormes velocidades. Es como ver desde la ventana de un automóvil en movimiento los postes y árboles más cercanos esfumándose a nuestro lado, mientras que el paisaje lejano pasa lentamente. A lo largo de nuestras vidas, de hecho, cerca de casi 1000 vidas la mayoría de las estrellas parecieran no moverse. El hombre de Cromagnon conocía el cielo con detalle y de una forma diferente al hombre de nuestros tiempos. Poco a poco nuestros mapas estelares están llegando a su fecha de vencimiento. En 10.000 años las estrellas serán vistas de otra manera, las constelaciones serán considerablemente diferentes de las que vemos ahora. En 500 mil años serán irreconocibles, y si pudieramos ver una foto a través del tiempo en un período de un millón de años, veríamos las estrellas correteando por el cielo.

Las constelaciones son una fotografía instantánea, un retrato plano del cielo nocturno, y como todo retrato es una buena parte, más no toda la historia. Si pudiéramos viajar al espacio y verlas desde otro ángulo, estas viejas y conocidas formaciones no podrían identificarse. Aquí, en este momento las 88 constelaciones nos proporcionan marcadores seguros y nos recuerdan nuestro pasado. Las constelaciones realmente no siguen las funciones que originalmente tenían para los que las concibieron. Para ellos había una relación causal directa entre lo que les interesaba y sus vidas. Por ejemplo, observaban a Sirio porque era un indicador estacional. Nosotros ya no utilizamos el cielo de esa forma, pero aún permanece entre las historias y las imágenes. Nos aferramos a esas constelaciones y realmente es fascinante que así sea, pero en lugar de contar historias sobre el pasado, la Astronomía moderna nos obliga a ver las constelaciones como un conjunto de posibilidades. La mayoría de las constelaciones tienen de tres a cinco planetas en su interior y en unos cuantos años, quizás identifiquemos cientos de planetas que como la Tierra, giren alrededor de estrellas. Así tendremos una epifanía cada noche al darnos cuenta que cuando observamos las constelaciones alguien también podría estarnos viendo en un espacio tan vasto que tan solo podremos ver una fracción del Universo. Observamos las estrellas preguntándonos su significado, creando patrones, historias, tratando de esclarecer los misterios que guardan nuestras constelaciones" (1)

De esta forma, no nos debería sorprender la incorporación de Ofiuco dentro de la rueda zodiacal. Los tiempos cambian, la conciencia se expande y nuestro entendimiento del cosmos continua.




(1) Extraído de canal "History" el 15/02/09

2 comentarios:

Cristina dijo...

Definitivamente este es nuestro destino como Seres-Humanos, la busqueda para el reconocimiento en nosotros mismos del "drama cósmico", somo el efecto de una causa, y definitivamente para ello debemos ser valientes para querer ver y vivenciar aquello que buscamos comprender, así que adelante en las nuevas interpretaciones... vemos un cielo, pero ¿quien dice que no existen "6" cielos mas? y para verlos, habría que aventurarse... me uno en tu trabajo... muy interesante. Cristina, de Caracas.

mafer dijo...

Definitivamente "la evolución en sí es un desafío", y como todo desafío es difícil de aceptar. Siempre es más fácil quedarnos con una idea preconcebida y evitar complicarnos con nevas ideas que implican cambios de pensamiento y un esfuerzo adicional. Admiro tu fuerza y determinación para enfrentarte al desafío y a la crítica que, en muchos casos, trae implícito el cambio. También me uno a tu trabajo, te apoyo y estoy contigo.
Felicitaciones!!