martes, 25 de julio de 2017

Conjunción Vesta - Mercurio






     Desde el  26 de julio hasta el 15 de agosto se sentirá la conjunción entre el asteroide Vesta y el planeta Mercurio. Esta conexión es una de las más fructíferas cuando hablamos de hallazgos internos, cohesión  y contención.  
     El asteroide Vesta representa la energía arquetipal de la Hestia griega, quien se encargaba de mantener encendido el fuego del  hogar. Este fuego interno simboliza el sentido de integridad y totalidad dentro de cada individuo.  Ella permite sentir de manera intuitiva lo que realmente pasa. Su foco apunta hacia los valores internos y ayuda a ver la pauta que siguen las acciones. Esta perspectiva proporciona claridad cuando las corrientes externas son confusas.
     Hestia representa ese punto de calma que le da un genuino sentido a cada una de nuestras acciones. Esta energía nos ayuda a poner orden y transformar.  Hestia no despierta energías heroicas. Prefiere actuar en el anonimato pero con eficiencia, sabiduría y mucha paciencia. La calma de Hestia proviene de la certeza en el orden divino de todo lo que mantiene la existencia. Se sabe creadora y generadora de acciones precisas, constantes y necesarias para sostener el día a día.
     La diosa Hestia fue venerada en las ciudades-estado griegas, brindado protección a sus ciudadanos. Hestia velaba por la felicidad y la armonía de sus habitantes. En sus templos, situados en el centro de las ciudades se recibía a los embajadores extranjeros.  Llevar la antorcha con el fuego de Hestia, garantizaba la unión de los ciudadanos con su metrópoli, y esto se practicaba en los casos de partir a colonizar algún otro lugar, con el fin de preservar el sentido de identidad y fraternidad ciudadana.
    Indudablemente, el tránsito activo del asteroide Vesta con Mercurio despierta la corriente arquetipal  que propicia la resolución de inquietudes personales. Nos conecta con el centro y nos contiene a través del despertar de la visión interior. Podemos ver con claridad, sentirnos arraigados, unidos a un sentimiento de identidad con nuestros valores auténticos. Al mismo tiempo, en un sentido colectivo se estrechan los lazos entre los ciudadanos por un fin único superior que garantice la armonía última.
     La llama de Hestia se aviva con la presencia de Mercurio. Hermes aporta capacidad de conexión, astucia, verbo, agilidad y protección. El Hermes mitológico señalaba los caminos a seguir, también era el mensajero  de los dioses  y por tanto, brindaba información importante para resolver cualquier conflicto.
     Esta pareja cósmica Vesta- Mercurio activa la alquimia personal y social para instaurar una nueva conciencia. 

     Aprovechar este tránsito nos permitirá encontrar la certeza interior para tomar decisiones que nos lleven a la acción sin titubeos, dudas o temores.  Mantengamos encendida la llama de Hestia para que nos guíe con calma y armonía.

lunes, 24 de julio de 2017

Conjunción Sol -Marte, la batalla en el viaje del héroe





     Lo maravilloso de leer el cosmos, en cualquiera de sus manifestaciones,  es que la simbología es inagotable. Como seres humanos habitantes de la Tierra, podemos mirar hacia el cielo y deleitarnos con el tránsito estelar. Nuestro imaginario nos brinda muchísimo material para encajar lo que muestran los cuerpos celestes en su movimiento con nuestra dinámica interna. 
     Deleitarnos en la comprensión simbólica del cosmos puede abrirnos puertas, motivarnos y aliviarnos las inquietudes existenciales.
     Veamos la conjunción entre el  Sol y Marte que ocurrirá esta semana y abre un ciclo de casi dos años en donde se podrán emprender nuevos proyectos, ideas, iniciativas y relaciones que redimensionen nuestra vida y aumenten el sentido de realización personal.
El Sol representa al  héroe que todos llevamos dentro. Durante su infancia, el héroe jamás puede llegar a imaginarse de dónde viene realmente. Y recordemos que el linaje de todo héroe siempre es sagrado (híbrido entre humano y divino). En un principio se cree común y corriente, pero muy en el fondo presiente, intuye que posee un destino especial. La sensación de dualidad es fundamental cuando prevalece la conciencia solar. Trascender esa dualidad es lo que caracteriza el camino del héroe. Sabemos que nuestra vida no se limita simplemente a alimentarnos, reproducirnos y morir; implica un destino personal, único y especial, un viaje hacia lo desconocido que nos aventurará hacia la realización.
     El héroe siempre sale a la batalla gracias al llamado interno o a las circunstancias trágicas que le acontecen. La acción del héroe se ejecuta cuando amerita resolver algo que no está bien.  El despertar del  héroe es tan inevitable como la salida del Sol.
     El Héroe se confronta con el cruce del umbral. En toda lucha o crisis interna, lo más importante es trascender   el estado de indefensión, inferioridad, temor, soledad  y confusión. Es un gran reto el que se presenta, pues las mayores angustias deben ser superadas de una vez por todas. El mayor temor del héroe es mostrarse tal y como es, pues teme sufrir el rechazo si lo hace.  Asumir su propia existencia como ser completo en sí mismo es lo que le da el combustible para actuar y salir a cumplir su destino. Y el mayor tesoro de todo héroe es lograr valerse solo, así como el Sol brilla sin ser opacado ni sostenido por algún otro cuerpo celeste, el héroe descubre su brillo y lo proyecta cuando comprende que él y solo él es el protagonista de su historia. El tesoro del héroe es su origen divino, su conciencia de redención, que no es otorgada por los demás, sino forjada durante su camino de autodescubrimiento.
     El Sol posee esta simbología heroica: brilla, despierta, alcanza  y encarna la realización de un potencial.  
     Veamos ahora a Marte.  Algunos asocian a Marte con el “guardaespaldas” del Sol.  Y es que durante el viaje del héroe, cuando tiene que confrontarse con algún dragón, quien aparece sosteniendo la espada lleno de furia  y dispuesto a obtener lo que quiere es nada más y nada menos que el valeroso Marte.  Ese espíritu combativo es el que permite defender  la individualidad. En todas  las  historias de héroes existe una pelea, una batalla, una disputa. Perseo mata a la  Medusa para obtener la mano de Andrómeda.  Jasón  mata al dragón para tener el Vellocino de Oro.  
     La energía marciana es directa, no se anda con rodeos ni profundidades. No entiende de matices, es tosca, burda y nada glamorosa. Su fuerza e ímpetu muchas veces no cuenta con el buen discernimiento. Puede excederse, impacientarse y actuar sin mediar.  Marte golpea y después pregunta. Su móvil es la emoción y la energía instintiva.
Cuando el Sol y Marte se unen, evento que suele ocurrir cada dos años, aproximadamente,  surge un momento de lucha por la realización de nuestro destino, personal o colectivo.  Internamente  buscamos expresar lo que somos sin complejos ni dragones.  Y la batalla se libra con la fuerza marciana que combate a cualquier enemigo.       Durante este tránsito el viaje del héroe llega a su momento cumbre, se ejecuta la pelea con los demonios internos y los verdugos que castran  cualquier virtud solar. Es un momento en el que la energía y la fuerza  marciana  cuentan con la conciencia solar para dirigir su  puño o su espada hacia un norte claro. Es aquí cuando sale al paso el “guardaespaldas” cósmico que batallará con los personajes míticos de la historia de cada quien, para al fin alcanzar la realización y la liberación del potencial. 

     Esta conjunción bienal es  la oportunidad que se nos presenta en diferentes ámbitos para descubrir qué nueva aventura nos resuena y nos permite realizarnos como héroes de nuestra vida.