lunes, 25 de junio de 2007

Oposición Saturno - Neptuno

En este momento se está completando el ciclo de oposición iniciado desde finales de agosto de 2006 entre el planeta Neptuno y Saturno. Desde el año 1972 no se da una oposición entre ellos, por eso nuestros ojos fijan su atención en este fenómeno astronómico que marca una nueva etapa evolutiva para todos.

Haciendo un poco de historia, en 1972, la Asamblea General de la ONU estableció el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente como una iniciativa para alertar sobre la situación ambiental e incentivar las acciones y políticas a nivel mundial. Ese mismo año, cientos de miles de burundianos huyeron a naciones vecinas para escapar de la violencia étnica que causó la muerte de 200.000 personas. En otras latitudes, China y Japón decidieron establecer relaciones diplomáticas luego de la invasión japonesa. Esta serie de eventos mundiales manifestaron la esencia de la oposición planetaria: el afán y la resistencia de adaptarse al entorno bajo ciertas limitaciones físicas y la subsiguiente vía de escape.

Saturno representa lo práctico y lo concreto, mientras Neptuno intenta trascender los límites de lo físico y lo terrenal. Temas como la opresión y la justicia social afloran a la conciencia colectiva y el escudo defensivo es erigido en tiempos de vulnerabilidad. Ambos planetas permiten contactar con el temor, la desconfianza y el peligro. La realidad objetiva se confronta con la imaginación y la carga emocional que conlleva. Allí los temores aumentan y se convierten en verdaderos fantasmas capaces de distorsionar la realidad.

Desde hace diez meses ciertas tendencias afloran en lo individual y lo colectivo. Durante este período se ha desconfiado de todo aquello que no brinda un sólido apoyo. Veamos esto con mayor detenimiento:

Saturno en el signo de Cáncer hace contactar con la sensibilidad emocional, la intuición, el sentido de arraigo, la seguridad, la nutrición física y espiritual. En este sentido, Saturno pone en tela de juicio todas aquellas situaciones en las que experimentamos autosuficiencia, exceso de protección, reserva, distanciamiento y crítica, con el único fin de ayudarnos a reorientar las emociones hacia algo que nos proporcione una verdadera estabilidad. Es decir, Saturno en Cáncer permite anclar muy bien el mundo de los sentimientos para que funcionen a nuestro favor, por ejemplo: darle crédito a ciertos pálpitos, intuiciones, sueños o simples corazonadas podría favorecer la toma de decisiones claves en nuestra vida.
Saturno suele aflorar la mezquindad emocional para obligarnos a contactar con esa coraza que impide el verdadero fluir de los sentimientos. Y aquí, muchas personas se podrán confrontar con la preocupación por el dinero, la cual está directamente relacionada con la capacidad nutricia del signo Cáncer. Cabría preguntarse entonces ¿De qué dependen la estabilidad y el bienestar material? Todo aquello que aguantamos, escondemos, acumulamos o cerramos emocionalmente se traduce en falta de fluidez monetaria. Durante este tránsito se comprende con mayor claridad que la expresión del sustento emocional es reflejada a través de la fluidez monetaria. De tal forma, si bloqueamos los sentimientos, escondiendo la verdadera esencia de nuestro sentir, asimismo la vida nos ofrecerá un escenario de escasez económica.

Saturno es uno de los grandes maestros de la realidad, a través de él logramos aprender con detalle y mucha sensatez las lecciones que nos enseñan el código de lo terrenal, dentro del tiempo y el espacio actual. Saturno es quien nos da la clave de cómo funciona el universo de lo material, ofrece directrices, parámetros, normas y reglas. Así que, en el signo de Cáncer, la clave radica en abrirse a lo emocional, dejar fluir el sentimiento auténtico, confiar en nuestra intuición y brindarnos un espacio nutricio.

Opuesto a Saturno se encuentra Neptuno en Capricornio. A través de él se intenta trascender los límites, ir más allá de lo establecido en ámbitos de seguridad y estabilidad. Neptuno confunde la marcha, diluye el poder y el control sobre lo conocido, disipa la determinación y la autodisciplina pierde su foco. Durante este tiempo, los temas profesionales y vocacionales pasan por un fuerte cuestionamiento. La ambición se transforma en simple interés y lo que antes significaba algo crucial en nuestra vida, queda reducido a mero pasatiempo.

Neptuno en Capricornio pretende reorientar nuestras metas, disipar el exceso de apego por los mecanismos “tradicionales” de acción y nos invita a contemplar una forma diferente de lograr el éxito. Con ciertas señales nos demuestra que la “forma” es el resultado de nuestras intenciones y pensamientos, y no una simple manifestación azarosa.

lunes, 11 de junio de 2007

Ofiuco y los límites (Parte II )

Gracias querido Hermes, por guiar nuestros pensamientos, por traernos la luz de Zeus y liberar los miedos del Hades.

Una muy gratificante jornada mercuriana nos acompañó este pasado sábado durante la realización del taller: “Mercurio retrógrado y su influencia”. Hermes hizo presencia con su inigualable destreza para ayudarnos a conectar con distintas realidades, abrirnos puertas y comprender cómo funciona nuestra vida. Entre historias mitológicas, imágenes y cuentos logramos sumergirnos en el interesante mundo de los arquetipos para descifrar algunas pistas sobre el andar del cosmos en nuestra psique.

Mercurio, el planeta de las comunicaciones, la astucia, la magia y un sin fin de facetas más iniciará su fase retrógrada a partir del 15 de junio hasta el 7 de julio de 2007. Así pues, hagamos honor a este ciclo a través de una entrega absoluta, deteniendo nuestro ajetreado andar, escuchando las voces subterráneas de nuestro inconsciente, que comenzarán a escucharse con más fuerza durante los próximos quince días, y nos dirán mucho acerca de lo que tenemos que tomar o dejar atrás.

Continuemos ahora con la segunda parte del estudio mitológico de Ofiuco...

Cabría narrar brevemente la muerte de Asclepio y su elevación como constelación de Ofiuco. Luego de realizar numerosas resurrecciones, Asclepio, es instado a devolverle la vida a Hipólito, por petición de Artemisa, quien respondía a la devoción de Hipólito en desdeño de Afrodita. Hipólito no le rendía culto a Afrodita, y ésta en venganza, hizo que Fedra (madrastra de Hipólito) se enamorara perdidamente de él. Hipólito la rechazó una y otra vez, de manera tal que Fedra se suicidó, pero no sin antes dejar una nota diciendo que Hipólito había intentado violarla. Teseo (padre de Hipólito), al saberlo, estalló en furia y mandó a matar a su hijo. Artemisa le ruega a Asclepio que lo resucite y es así como Hipólito recobra la vida.

Al ver tal situación, Plutón se queja ante Zeus del problema que ha implica en su reino el hecho de que Asclepio no discrimine en su labor de resucitar a los mortales. Zeus reflexiona y decide eliminar con un rayo a Asclepio. De esta forma es elevado como la constelación de Ofiuco: El serpentario.

De este interesante relato mitológico podemos extraer, en primer lugar, cómo Asclepio responde a los ruegos de Artemisa (diosa guerrera, de la caza) para resucitar a quien rechazó a Afrodita (diosa del amor y la belleza). Plutón se queja ante Zeus por el desequilibrio que está generando entre los reinos al devolverle la vida a quienes adoran la guerra y rechazan la armonía. Ofiuco representa la capacidad de trascender los límites y sanar las heridas, pero posee también la semilla de la falta de criterio y puede equivocar el móvil con facilidad. En los relatos mitológicos existen muy pocos o ningún encuentro de Asclepio con Afrodita. Sus acciones responden muchas veces a los llamados de Artemisa, y por ende, lleva consigo el germen de la caza.
Ofiuco representa los instintos de las amazonas, el principio cazador, guerrero y osado. También representa el contacto con la naturaleza, sus secretos y bondades. Asclepio aportó grandes conocimientos al mundo de la medicina y se le ha representado con una tabla de anotaciones para simbolizar los estudios científicos.

Este personaje mitológico lleva consigo una carga de energías opuestas entre sí, fluctuando entre la magia y lo concreto, la humanidad y la divinidad, la vida y la muerte. Lo acertado y lo equivocado. Es así como al reconocer el comportamiento de este arquetipo nos conectamos con la capacidad de trascender los límites terrenales, pero valiéndonos, al mismo tiempo, de ellos. La búsqueda y el estudio perenne de Asclepio simboliza la investigación incanzable de la medicina desde la historia de los tiempos, el manejo de los antídotos a partir del veneno y el superar enfermedades terribles y fulminantes. Pero, por otro lado, también representa la superación de los obstáculos que parecen inminentes, la trascendencia de las limitaciones mentales y físicas, el intento de escapar a los efectos del karma y la sobreestimación del propio poder.
CONTINUA EN "OFIUCO Y LA VIDA RENOVADA" 10/09/08

miércoles, 6 de junio de 2007

Ofiuco y los límites (Parte I )


Hace poco, les hice llegar a alguno amigos un artículo publicado por Henry Francis en su espacio http://www.henryfrancis.gmedios.com/ en el que reseñaba algunas de las características de las personas nacidas bajo el signo de Ofiuco. Para continuar ampliando el interesante trabajo de este astrólogo, me encantaría exponer un breve análisis acerca de la simbología mitológica que conlleva esta importante constelación.
Nostradamus utilizaba el zodíaco de trece signos. El signo de Ofiuco ha sido denominado desde siempre “el signo secreto”. La brecha entre Escorpio y Sagitario, representada por la constelación de Ofiuco es conocida como la “fosa oscura” y corresponde al centro de la vía láctea.

Asclepio - en griego - o Esculapio - para los romanos - fue venerado en muchos santuarios por dominar el arte de la curación. Se le representaba comúnmente sosteniendo un bastón con serpientes enrolladas, corona de laurel y piñas. Asclepio es reconocido también como Ofiuco (nombre de la constelación) por llevar entre sus brazos una gran serpiente.

Hijo de Apolo y la mortal Corónide, Asclepio lleva en su gestación la semilla de una tragedia de amor. Luego de embarazar a Corónide, Apolo regresa a Delfos, pero ella a los pocos meses comienza una relación clandestina con el mortal Isquis. Apolo, al descubrirla, desata su furia y decide matarla enviando a la diosa Artemisa en la hazaña. Sin embargo, antes de incinerarla, Apolo le pide a Hermes que tome de su vientre al hijo que espera.

Otra versión narra que Apolo sedujo a Corónide y luego dio a luz en secreto, a los pies de una montaña, al pequeño Asclepio. Corónide abandonó al niño pero, gracias al cuidado de un perro y a la leche de una cabra, logró sobrevivir. Cuando el pastor Arestanas, dueño del rebaño de las cabras, vio al niño rodeado de una aureola, se negó a tocarlo, prefiriendo dejar su suerte en manos del destino.

Apolo le encargo la educación de Asclepio al centauro Quirón, quien se esmeró en enseñarle las artes medicinales y de cacería. La diosa Atenea, por su parte, le entregó dos redomas llenas de sangre de la Gorgona, una era venenosa y la otra podía resucitar a los muertos.

Ofiuco se caracteriza por su capacidad sanadora y trascendental, logrando ir más allá de los límites de la muerte, sin importar que se alteren los ritmos naturales del ciclo humano. Asclepio nació de una madre muerta, vivió en un vientre sin vida.

Ofiuco vive conteniendo en sí mismo el poder de lo ilimitado. La sensación de trascenderlo todo y de servir a otros, hacen de él un emisario de la inmortalidad. Hijo de un dios y una mortal, lleva consigo el poder de lo terrenal y lo divino. Conjuga los secretos de la Tierra con la magia de los cielos. Integra naturaleza y espíritu. Sin embargo, Atenea, le otorga dos redomas, en una tiene veneno mortal con el cual puede destruir; y en la otra, guarda el secreto de la inmortalidad. Nos preguntamos: ¿Qué hace a Ofiuco utilizar su poder para destruir o para inmortalizar? La respuesta se encuentra precisamente en su capacidad de discernimiento, sabiduría y entendimiento: en Atenea.

CONTINUA EN "OFIUCO Y LOS LÍMITES" (Parte II)