Decidí escribir este
artículo porque cada vez que se acerca Mercurio retrógrado surge esta pregunta:
¿Mercurio OTRA VEZ va a estar
retrógrado? Y el comentario: “¿Pero entonces, voy a pasar todo el año sin hacer
nada… porque está retrógrado TODO EL TIEMPO?”. Y todo esto con un tono de
queja, resignación y hasta desconfianza (por aquello de: “las cosas tampoco
pueden ser así…”)
Lo fascinante de la Astrología es que nos permite entender
cómo funciona el cosmos con sus ritmos. Independientemente de lo que hagamos
como seres humanos, la naturaleza del
Universo responde a un pulsar cósmico. Los ciclos de Mercurio retrógrado se
activan tres veces al año porque es el planeta más cercano al Sol y su recorrido alrededor dura 88 días terrestres.
Simbólicamente, Mercurio rige las comunicaciones, el intelecto y la mente.
Mercurio es quien nos permite “entender”
y en teoría “comprender” todo lo que nos ocurre en la vida. Sin mente no
podemos procesar los estímulos externos, asimilarlos e incorporarlos a nuestra conciencia.
Cuando Mercurio se pone retrógrado entramos en un período de “comprensión” de nuestro entorno inmediato. Esa
“comprensión” se lleva casi un mes y
funciona de la siguiente manera:
1.- Durante la etapa
de sombra (aproximadamente unos 10 -15 días
antes de ponerse retrógrado) comenzamos a lidiar con uno o dos temas claves en
nuestra vida. Esos temas vienen
asomándose de distintas maneras a través de conversaciones, situaciones curiosas
o simplemente, nuestros pensamientos se orientan espontáneamente hacia ellos con más persistencia de lo habitual.
2.- Durante la etapa de tormenta ( aproximadamente 3- 4 días
antes de ponerse estacionario) el tema que nos acontece adquiere un tono más
denso. Nos obsesiona un poco más. Sin embargo, dado que Mercurio se encarga de
darnos información, es posible que
percibamos las cosas de manera desvirtuada, es decir, que lo que veamos no sea
lo que realmente es. Nuestra percepción en ese momento no es objetiva ni clara. Esto
se debe a que en el período de tormenta de Mercurio se está pasando de una
conciencia enfocada en lo externo a otra enfocada en lo interno.
3.- Durante la etapa de Mercurio retrógrado antes de la
conjunción con el Sol (aproximadamente unos 10 días a partir del día que se
pone retrógrado) se activa nuestra
percepción interior. Cambiamos la frecuencia y pareciera que nuestro mundo
interno toma el control. Nos cuesta darnos a entender porque nos encontramos en una especie de
limbo. NO EXISTE VISIÓN OBJETIVA durante estos días. Por eso es tan importante
estar atentos cuando inevitablemente debemos realizar actividades mecánicas,
porque suelen ocurrir accidentes, olvidos, y equivocaciones. En estos días hay
que conectarse con las “señales” que se manifiestan, porque nos servirán de
referencia para detectar cuál es el sentido que le estamos dando al tema que
nos está aconteciendo. Son días para descansar, precisamente porque estamos
procesando cosas en nuestro interior.
La evolución de la conciencia humana depende mucho de estos
ciclos retrógrados. Por eso ocurre tres veces al año. Las decisiones que
tenemos que tomar, las acciones que debemos ejecutar, los temas que debemos abordar en nuestra vida, tienen
un ritmo de manifestación. Si ejecutamos las cosas sin la previa reflexión, seguramente los
resultados no serán los óptimos. Si obviamos los ciclos cósmicos, posiblemente
no nos adaptaremos a los cambios que demande la naturaleza universal. Somos un sistema dentro de otro sistema y
cada uno es una célula fundamental con ciclos determinados. Alinearnos nos
permite vivir de manera sana y coherente.
Los ritmos desbocados, la carrera constante por la
inmediatez, la pérdida de contacto con nuestra necesidades básicas, la premura
por cumplir con metas titánicas capaces de lograr desvincularnos de nosotros
mismos, terminan generando caos.
Ver el ciclo retrógrado de Mercurio como una “mala influencia” o como un período en donde
“estamos de manos atadas” es no darle su justa interpretación.
4.- Durante la etapa de mercurio retrógrado en conjunción
con el Sol se alcanza la “comprensión” del tema que tenemos pendiente. Es el
momento en que “nos cae la locha”, llegamos a la respuesta, la clave, la
solución anhelada en nuestro interior. Muchas veces sentimos que nos volvemos a
llenar de ánimo para actuar y resolver lo que tenemos pendiente. Sin embargo,
apenas es una idea lo que nos llega, y como toda idea debe pasar por su
respectiva maduración y manifestación externa. Ese proceso de desarrollo de la
idea o “la solución” deberá tomarse unos días más para adquirir cuerpo y
carácter.
5.- Durante la etapa posterior a la conjunción con el Sol (
unos 10 días hasta ponerse directo). Este es el momento de asimilación de la
nueva idea. Es importante no precipitarse en la ejecución de acciones
aparentemente “necesarias” o “impostergables” ya que aún no se cuenta con la alineación entre
nuestra mente y nuestra voluntad. Nos sentiremos muy claros y decididos, y el entusiasmo nos impulsará hacia la acción, pero
debemos tener presente que durante este período no es recomendable “hacer” lo
que “sabemos” que tenemos que hacer. Para esa ejecución debemos esperar a que
Mercurio retome su movimiento directo y así
disfrutar de la armonía y la coherencia entre nuestra voluntad y el engranaje
natural con todo lo que nos rodea.
Tengamos a la mano estos cinco puntos cada vez que se acerque Mercurio retrógrado y fluyamos de la mejor manera.